martes, 20 de noviembre de 2007

el amor era esto (más o menos)



Me preguntaban esta mañana por la mejor novela de amor que había leído. Y no lo tengo demasiado claro. En ese momento dije que "Expiación", de Ian McEwan, y creo que ahora lo volvería a hacer. Por lo menos es la que en conjunto más me ha gustado en los últimos tres años, que es más o menos el límite que tengo para acordarme de las cosas sin tener que volver a ellas cada dos por tres. Por cierto que la película creo que se estrena pronto, con Keira Knightley como protagonista; abrió la última Mostra de Venecia y Carlos Boyero, en "El Mundo", antes de irse a "El País", dijo que merecía la pena.
Apenas unos minutos después de la pregunta entraba en otro blog y casualmente me encontraba con alguien que respondía a la misma cuestión. Se decantaba por "El amor en los tiempos del cólera", de García Márquez, un tipo que a mí nunca me ha llamado la atención, y tampoco especialmente ese libro. Bien: la chica con la que hablaba al otro lado se quedaba con "Las horas", de Michael Cunningan (la película me dejó un nudo en la garganta durante un buen rato).

Ahora añadiría a la lista al menos otros cuatro títulos: amor trágico y contenido en "El mar" (John Banville); amor anticapitalista y revolucionario en "El amor en los días de la furia" (Lawrence Ferlinguetti); amor en la Movida en "Castillos de cartón" (Almudena Grandes); y amor de corte posmoderno y desengañado en "El amor dura tres años" (Frederic Beigbeder).
Pensaba en todo esto cuando volvía a casa sobre las ocho y me encontré con un accidente en la M-600; un rato de atasco, lluvia y luces de las ambulancias y los coches de la Policía y la Guardia Civil. Me he acordado entonces de un libro que no es exactamente de amor pero en el que se ha habla mucho de amor: "Amor, etcétera", de Julian Barnes (especie de continuación de "Hablando del asunto"). Divertido, ágil, a veces pretencioso y siempre entretenido, como un vodevil que relata con mucho ritmo el triángulo amoroso de Oliver, Stuart y Gillian; y ella con zapatos rojos, que para eso está bien vestir de rojo. El mejor resumen está en esta frase: "No, la verdadera traición se da entre amigos, entre los seres queridos. La amistad y el amor sirven para que la gente se comporte mejor, ¿no? Pero ésa no ha sido mi experiencia. La confianza lleva a la traición".
Pues sí: la confianza lleva a menudo a cruzar la delgada línea roja (película un poco pesada; "Apocalyse now" ya se había adentrado en el infierno).

Voy al grano: casi todo lo que se puede decir del tema está aquí: "El primer amor es el único amor / El único amor es todo el amor posible / El único amor es el amor verdadero / El primer amor es irrepetible. Y puedas o no puedas, nunca te libras del primer amor. Del segundo sí. Del primero, nunca / (un inciso: "el estajanovismo sexual es para los que no tienen imaginación") / Necesitamos todo el amor posible porque escasea mucho, ¿no crees? / El verdadero amor es un amor sólido, cotidiano, fidedigno, un amor que nunca te falla. ¿Te suena aburrido? A mí no / ¿Quién dijo que el amor nos hace ser mejores? / ¿El amor lleva a la felicidad? Anda ya".
Por el camino me he dejado algunas frases que también figuran en este intercambio a tres desde el fondo de la pista, devolviendo una pelota tras otra hasta que al final se queda en la red.
Hay dos teorías básicas, según los protagonistas masculinos del libro: Oliver divide a las personas entre las que creen que el amor es todo y el resto es un simple etcétera; y las que no dan demasiada importancia al amor y sí al etcétera. Y casi a renglón seguido Stuart propone otra línea: "Algunos son lo bastante afortunados, o desventurados, de amar a varias personas, bien una detrás de otra, bien superpuestas; mientras que otros aman una sola vez en su vida".
Las teorías, más que distintas, son complementarias. Si tuviera que meterme en alguno de los grupos, diría, a día de hoy, que en el amor es necesario que haya una gran cantidad de etcétera. y que el único amor es todo el amor posible e incluso que se puede amar a dos (y más) personas a la vez y no estar loco.

El día 21 cumplo años (unos cuantos) de mi amor con M. Hoy no ha sido un buen día. Etcétera.

(La ilustración que abre el texto la he cogido prestada de Hablando del asunto).

1 comentario:

Soledad Burgos dijo...

Feliz cumpleaños.
A propósito de los a propósitos...
el amor es una palabra de 4 letras...no sé me ocurre nada más original.
Que disfrutes este día
te pasé a visitar y a cantar bajito el feliz cumpleaños al estilo chileno, que es el mismo feliz cumpleaños, pero con acento cantadito
Soledad.