Creo que tenía unas cuantas cosas que contar, pero como hoy es hoy, empezaré por aquí. Día de Todos los Santos. Visita al cementerio. Flores por aquí, oraciones por allá. Gran ganga, gran ganga, él es de Teherán. A ver si me centro. En realidad el Día de Todos los Difuntos es mañana, 2 de noviembre, pero mis abuelos es verdad que tenían algo de santos, así que vale.
En el colegio (de monjas, claro) nos decían que todos estábamos llamados a la santidad. Y yo, que últimamente no estoy muy católico, creo que es verdad. Que cada uno se tome la santidad como quiera, pero mejor eso que no otras cosas peores y que además hacen más daño. El martes, antes de hablar de amores express en otro ámbito, me marqué una parrafada sobre los mártires de San Lorenzo, que por cierto me quedó medianamente bien y que me recordó algo que escribí hace tres o cuatro años después de ver "Soldados de Salamina". Héroes y mártires, se llamaba aquello, y a eso me refiero con lo de la santidad; que andamos faltos de héroes y santos, y que algunos van de mártires. Bowie lo cantó antes, Los Planetas se marcaron luego "San Juan de la Cruz", pero en aquella película el olor a santidad era el del barro y la pólvora, la tierra mojada y la sangre. Y eso además con la banda sonora de "Suspiros de España" en la versión de Diego El Cigala. Algo así debe ser la santidad: un baile lento mientras el mundo se para y la muerte aguarda; un soldado abrazado a su fusil. O un pic-nic en medio del campo de batalla.
Hay a gente a quien los cementerios le dan yuyu; a mí no, como casi todo. Ni fu ni fa. Encuentro que es un lugar como otro cualquiera para las convenciones sociales, donde se llora más que un bar pero a lo mejor no más que en el cine viendo "Bailar en la oscuridad". Me acuerdo ahora de la canción de Mecano y del numerito en el musical "Hoy no me puedo levantar", también de los Smiths y otro poco de Los Enemigos y "La vida mata", pero en realidad escucho "Santos que yo te pinté", segunda canción del disco "Unidad de desplazamiento" de Los Planetas: "Yo no soy ningún ángel, yo no soy ningún santo, pero lo que me estás haciendo es que me está matando".
Y me acuerdo también de "Encuentros en la tercera fase", pero sólo porque hace un par de semanas, en el entierro del padre de una amiga, voy y me encuentro con esa persona que en el libro de familia y el DNI pone que es mi padre, que también es mala suerte, o buena. O, ya lo he dicho, ni fu ni fa. Hola. Hola. Qué tal. Bien. Y tú. Bien. Pues nada. Sí.
De las cosas que se quedan en el tintero lo más destacable es el pedazo de concierto de Wedding Present, que a lo mejor ya lo mencioné en otro post, no estoy demasiado seguro; y antes una surrealista entrevista con Devendra Banhart que lo mismo un día cuelgo íntegra. Hay más cosas, sí, y algunas más interesantes, pero uno tiene su intimidad (y también los demás),así que me las dejo para otro momento.
Y ahora empieza el puente, en el que no hay grandes planes, aunque acabo de convencer a M para bajar a Madrid a ver "Construyendo a Verónica". Nuestra última experiencia con el teatro, a cuento del "Método Gronholm", es más bien para olvidar, pero allá que vamos. Yo mañana quería ir a comer fuera, pero el Euríbor dice que mejor nos quedemos en casa, que ya hemos rebasado la cuota de gastos extra comprando un portátil (falta hacía, eso sí).
También quería ir al Prado a ver la ampliación (y los cuadros que se exponen), pero como es gratis hasta el domingo hay unas colas del carajo, así que me espero a que cobren. Si la entrada costase aunque fuera 20 céntimos, otro gallo cantaría, pero como es gratis, viva la cultura! (y lo digo yo que trabajo en un periódico gratuito y sé de qué va la vaina).
En definitiva, que ya es otoño de verdad, que hemos dado la calefacción aunque hoy hace bastante bueno, que el cambio de hora es una sandez como otra cualquiera y que empiezo a otear en el horizonte la Navidad, que me apetece tan poco como otros años y si cabe un poquito menos. Calculo que este año tendré unas 10 comidas / cenas, excluyendo las familiares, así que de verdad que acabo hasta la bola de solomillos, corderos y demás (este año pido pescado, aunque mejor si no es merluza). El primero de los eventos está programado para el 23 de noviembre, viernes, con la propuesta de cena-espectáculo en un árabe del centro de la capital del reino. No sé. Es que a mí lo de la danza del vientre no me acaba de poner. Ya ha surgido otra propuesta de un sitio en el que alguien conoce a alguien que conoce al dueño y lo mismo nos sale más barato, pero vamos que me da igual cinco euros más o menos; y yo lo mismo hago caso y voy y digo que si vamos al Bo Finn, que está por el barrio de Salamanca y dice alguien a quien le mola "Dogville", Palahniuk, Ingrid Bergman y Eric Bana (amén de otras cuantas referencias) que está bien.
Hasta aquí la charla. Me da la sensación de que se me olvidan cosas, pero no me apetece ponerme a pensar demasiado. Eso sí, otro día escribo sobre Le Mans y la canción de todas nuestras vidas, incluyendo la mía: "Mi novela autobiográfica". De eso y de la paternidad que viene o pueda venir.
1 comentario:
Me pierdo un poco contigo, pero me ha gustado leertey como escribes. Seguro sigo haciéndolo.
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